Sin duda nos encontramos ante una de las grandes películas europeas de los últimos años. La extremada sencillez de su argumento puede aparentar que esta sea una cinta más de las del montón, nada más lejos de la realidad. La película constituye una espléndida lección de lo que se puede llegar a hacer con una cámara, de cómo hacer de cada plano una espléndida obra pictórica.
El mundo de fantasía más cercano y sencillo de cuantos se han creado. Aunque el guión parece tener algunas fisuras, estas parecen ser consecuencia de los cambios de ritmo de los que está dotada, un ingenio más de este realizador
francés. A una fotografía sobresaliente, un uso de la cámara diferente e hipnotizante, una escena cuidada al detalle y una banda sonora más que
apropiada (parisina cien por cien), hay que sumar la espléndida actuación de los actores. Desde su protagonista, todo un descubrimiento esta Audrey Tautou, hasta el último del reparto todos están mas que creíbles. Los efectos visuales no están hechos para el lucimiento de su autor sino que complementan perfectamente este mundo que la joven Amelie ha creado.
En definitiva, una película exquisita a la par que tierna y de admirable
realización. Mi mas sincera enhorabuena a Jean Pierre Jeunet por esta obra
de autor. Que tomen ejemplo la industria de Hollywood de cómo de hace buen cine.
JESÚS CUADRADO.
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