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LA DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA DEL CINE ACTUAL

Por Santi Gallego
(6/8)
 

Ahí van los mejor colocados, para empezar Mr. Roger Deakins que a pesar de su escasa carrera tiene una obra que tira de espaldas, desde "1984" (Michael Radford, 1984) su primera obra de consideración, que va seguida de cosas del calibre de "Lunes Tormentoso" (Mike Figgis, 1988), "Las Montañas de la Luna" (Bob Rafelson, 1990), "Homicidio" (David Mamet, 1991), y sus grandes trabajos con los Coen, "Barton Fink" (1991), "El Gran Salto" (1994), "Fargo" (1996) su segunda nominación al Oscar, y "The Big Lebowski" (1998). Pero este inglés no se conforma con eso, también son obra suya la fotografía de "Thunderheart" (1992) a pesar de la incompetencia habitual del director británico Michael Apted, "Passion Fish" (John Sayles, 1992), "El Jardín Secreto" (Agnieszka Holland, 1993), "Pena de Muerte" (Tim Robbins, 1995) y sobre todo la maravillosa y grisácea "Cadena Perpetua" (Frank Darabont, 1994) su primera nominación al Oscar, con una gran unidad cromática. Este año volveremos a deleitarnos con otro gran trabajo suyo, que ya ha ganado el premio de la crítica de New York y de la National, y su tercera nominación al Oscar, se trata de una película de Martin Scorsese "Kundun". En 1999 de la mano del poco interesante Norman Jewison realiza un estupendo trabajo en "The Hurricane" (junto al magnífico actor Denzel Washington lo mejor o tal vez lo único bueno de la película) aunque acaba resintiéndose del exceso de influencias visuales, prácticamente calcadas, pero sin su inventiva: desde Michael Chapman en "Toro Salvaje" (Martin Scorsese, 1980), hasta los trabajos de Ernest Dickerson para Spike Lee.

Otro es John Toll, que de operador pasa a director de fotografía y gana dos Oscars seguidos y por sus dos primeras obras importantes, "Leyendas de Pasión" (Edward Zwick, 1994) y "Braveheart" (Mel Gibson, 1995). Toll posee un ojo elegantísimo para la composición y un clasicismo que lo emparentaría con directores de fotografía de la talla de Freddie Young, además tiene una fantástica habilidad para fotografiar bellos paisajes, llenos de poesía y con una inmensa fuerza, sin caer jamás en la postalita. Los últimos trabajo de Toll "Jack" (1996) y "Legítima Defensa" (1997), ambos ¿dirigidos? por Coppola (¿sigue siendo Coppola? La verdad es que cuesta reconocerlo) nos demuestran que nuestro hombre se mueve mucho mejor en el cine épico, ya que es un excelente paisajista. En el cine contemporáneo, urbano, pierde gran parte de su fuerza y maestría, aunque sigue mostrando ese buen ojo para la composición de los planos, que lo elevan considerablemente por encima de la media, como demuestra en la obra maestra absoluta del genial Terrence Malick, "La Delgada Línea Roja" (1998), donde Toll, demuestra no solamente ser uno de los más grandes directores de fotografía de la historia del cine (y uno de los de mayor influencia pictórica), sino que consigue una emoción, un lirismo en las composiciones y en su uso naturalista de la luz que lo elevan a la categoría de genio, y verdadero maestro, plenamente maduro y con un estilo propio, pero a la vez conectado con los grandes colosos de la luz natural, es ya un digno heredero de Néstor Almendros.

Otro destacado es Stephen Goldblatt (poco valorado, debido a su natural inclinación a un tipo de cine tal vez demasiado "comercial") que entre su producción ciertamente desigual, se encuentran estupendos trabajos como "Atmósfera Cero" (Peter Hyams, 1981), "Cotton Club" (Francis Ford Coppola, 1984) y sus mejores obras "El Príncipe de las Mareas" (Barbra Streisand, 1991) y "Batman Forever" (Joel Schumacher, 1995) con un gran trabajo en iluminación artificial, retomando un poco la precedente investigación de Storaro con los colores en "Dick Tracy" (Vittorio Storaro, 1990). Goldblatt sigue alternando proyectos sin interés alguno como "En lo Profundo del Océano" (1999) del irreconocible Ulu Grosbard.

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